DOQ Priorat: vinos con alma en un paisaje de gran personalidad

El topónimo Priorat está ligado a la viticultura desde hace siglos. La suma de un suelo, un clima, una orografía y el trabajo de hombres y mujeres que lo han elaborado siguiendo las técnicas de una tradición milenaria con la ayuda, hoy, de una tecnología adaptada a los requerimientos de la calidad, han dado un producto auténtico, exclusivo: el vino del Priorat.

Una denominación histórica, conocida por su terreno abrupto y vinos intensos y elegantes

El cultivo de la vid se encuentra distribuido en altitudes que van desde los 100 metros sobre el nivel del mar en las partes bajas de los términos de Bellmunt del Priorat y el Molar, hasta 750 metros en las partes altas de los términos de la Morera de Montsant y Porrera.

La configuración del cultivo se caracteriza por pendientes que superan el 15% de desnivel en la mayoría de casos, y algunas fincas llegan al 60%. La tortuosa geografía de esta zona hace que se tenga que cultivar la viña en costeros, algunos de los cuales no permiten un acceso mecánico.

Las variedades tintas recomendadas y autorizadas son la garnacha peluda, tempranillo, picapoll negro, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Pinot Noir, Merlot y Syrah.

Las variedades blancas son: garnacha blanca, macabeo, Pedro Ximénez, chenin, Moscatel de Alejandría, Moscatel de grano pequeño, pansal, picapoll blanco y viognier.

Las variedades más cultivadas en el Priorat son las negras, con la Cariñena y la Garnacha como variedades autóctonas más destacadas.